¿Te pasa esto?
¿Te ves atrapado/a entre la permisividad y el castigo, sin encontrar un equilibrio?
¿Tu hijo/a te cuestiona constantemente: cuándo, cómo y por qué y cada situación se convierte en una lucha de poder?
¿Tu hijo/a te responde mal, levanta la voz o tiene actitudes que percibes como irrespetuosas?
¿Te sientes desbordado/a y reaccionas de forma que luego te arrepientes?
¿Te descubres diciendo “¡basta ya!” después de haberlo intentado todo?
No estás solo/a
A mí me pasó muchas veces. Me sentía sin fuerzas, con culpa y atrapada en una forma de educar que no quería repetir.
Por eso creé esta mentoría personalizada, basada en el Método S*E*R:
Sentir · Entender · Empatizar · Reconectar
Un proceso de acompañamiento real, práctico, en el que trabajaremos sobre tus retos concretos del día a día.
Te ofrezco una guía cercana, herramientas aplicables y un espacio seguro para escucharte, comprender lo que está ocurriendo y acompañar a tu hijo/a desde la calma, la presencia y el respeto.
Exploraremos estas claves:
Sesiones personalizadas
Casos reales de tu día a día
Recursos y herramientas prácticas para aplicar en casa
Seguimiento durante el proceso

¿Y si criar no fuera solo instinto, sino algo que se entrena?
¿Qué pasa cuando sabes cómo quieres criar, y no sabes cómo lograrlo?
¿Y si el caos que vives hoy fuera el comienzo de un gran cambio?
«Antes vivía apagando incendios. Gracias a este acompañamiento, ahora tengo un mapa para entender que detrás de cada rabieta de mi hija, hay una necesidad. Lo mejor: ya no me siento culpable por poner límites.» Madre de Sofía (4 años).
«Pensé que llegaba tarde para cambiar la dinámica con mi hija (13 años). Pero la etapa ‘Entender’ me dio claves para comunicarnos sin tantas discusiones. Ahora hasta me pide consejos.»
«Confundía la ‘crianza respetuosa’ con dejarles hacer lo que quisieran. El Método SER me mostró cómo ser firme y mantenerme tranquilo al mismo tiempo. ¡Funciona! Mis hijos ahora colaboran sin desafiar y sin gritos».
Padre de 2 niños de 7 y 12 años.
Padre de 2 niños de 7 y 12 años.
«Nadie me había enseñado a gestionar MI frustración antes de responder. La etapa ‘Sentir’ del Método SER cambió todo. Ahora sé que para conectar con mi hija, primero debo conectar conmigo». Madre de Alma (3 años).